Soy una alumna del colegio público Salvador Vinuesa y me gustaría exponerle la siguiente situación: en educación física, sobre todo en los juegos en los que hay que pasar pelotas, etcétera, como el fútbol o el baloncesto, las niñas estamos discriminadas (no en todos los sitios ni por todas las personas). Actúan como si no jugáramos y, a pesar de las reprimendas del/la profesor/a, algunas veces siguen sin hacernos partícipes del juego. Lo único que pido es un poco de igualdad entre todas y todos.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de junio de 2001