No es sólo un día de luto para la cultura catalana. Hablamos de símbolos; o, como ellos dirían, sólo eran piedras. Sin dinamita, ante las cámaras, han destruido con fuerza animal el monumento a los caídos, una obra del escultor noucentista Josep Clarà (Olot 1878-Barcelona 1958). La actuación y los argumentos fundamentalistas de estos patriotas de la incultura no desentonarían en el actual Afganistán. Yo podría decir de la desaparecida obra de Clarà cosas similares a las que se dijeron de las tristemente célebres esculturas de Buda; empresa inútil, no me escucharían, son patriotas. A mí, sinceramente, su violencia física fascista y su ignorancia me producen menos miedo que la comprensión y la voz del coro que los jalea y las ideas que los alimentan y dicen defender.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de junio de 2001