El delegado del Gobierno de Navarra lo expresó en dos palabras: 'Realmente sorprendente'. Sorprendente, pero cierto. 225 kilos de hachís interceptados por la Policía en Navarra en la última década y que permanecían custodiados en armarios blindados, dentro de una habitación estanca vigilada permanentemente con cámaras de vídeo, y en un edificio que dispone de custodia de la Guardia Civil las 24 horas del día, permanecen desaparecidos desde la pasada semana.
Funcionarios del área de sanidad de la Delegación del Gobierno denunciaron el pasado viernes que en el almacén oficial donde se guardan los alijos, ubicado en la localidad de Imárcoain, en las afueras de Pamplona, faltaban los 225 kilos de droga.
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El almacén está situado en la Aduana de Imarcoain, un edificio en el que comparte espacio con las oficinas del Servicio de Vigilancia Aduanera y otras dependencias oficiales de tramitación de los transportes internacionales por carretera. La droga incautada en las operaciones policiales se guarda en ese almacén tras ser analizada y hasta que las autoridades judiciales ordenan su final destrucción. La droga desaparecida tiene un valor en el mercado negro superior a los 225 millones de pesetas.
La Delegación del Gobierno en Navarra no descarta ninguna hipótesis, incluido, claro está, el posible robo de la droga, que permanecía guardada en cinco grandes cajas de cartón que los ladrones tuvieron que trasladar en una furgoneta de grandes dimensiones u otro tipo de vehículo de gran capacidad.
Ni la habitación ni los armarios presentaban signos de haber sido forzados, según fuentes de la investigación, así como tampoco las puertas o ventanas de acceso al local. 'La cantidad es importante y no sabemos todavía si ha sido sustraída o qué ha pasado con la droga', indicó José Carlos Iribas, delegado del Gobierno en esta comunidad. 'Lo único cierto es que ahora no existen en el inventario los 225 kilos que debían existir. La Policía Judicial investigará hasta determinar responsabilidades y se actuará con toda contundencia', manifestó. La droga procedía del apresamiento de cuatro alijos entre 1990 y 1999. Las autoridades policiales expresaron su perplejidad por lo sucedido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de junio de 2001