Vivo frente al parque de La Buhaira del Barrio de Nervión (Sevilla) y la noche del 28 de mayo tuve que asistir (a mi entender) a un hecho lamentable al comprobar que el citado parque público tenía sus puertas de acceso cerradas y custodiadas por cuatro vigilantes uniformados (guardias jurados de la empresa privada Seguritas) y un cartel en la puerta indicando 'Agotadas todas las localidades para el recital del Coro de la Maestranza'.
Hecho sorprendente no sólo para mí, sino para otras muchas personas que estaban en la puerta de acceso lamentándose por la imposibilidad de acceder no sólo a su parque público, sino al acto anunciado por el Área de Cultura del Excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla dentro del programa La Cultura va por Barrios, ya que la información de venta de estas localidades no venía expuesta en el cartel anunciador, cosa que tendría que ser relevante por la gratuidad de los otros dos festivales anteriores La Ópera va por Barrios.
Considero que se ha utilizado selectivamente una vez mas la cultura usando unos bienes públicos y que se ha coartado la libertad de unos ciudadanos de acceder a su parque en horas de uso público.
Deseo que estas situaciones no vuelvan a producirse por el bien de la cultura... para todos. Tengo la sensación de que es siempre el mismo barrio el que va a las óperas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de junio de 2001