Después de 45 años con el pincel en la mano, Gonzalo Martínez Andrade tiene 59 años, sintió 'el peso de la responsabilidad' cuando en 1999 el director del Museo de Bellas Artes de Sevilla, Enrique Pareja, le propuso que pintara rincones y salas del propio museo. 'Quizás sea por la veteranía, pero no sentí temor. He pintado muy libre y eso se nota en el resultado', comentó ayer horas antes de la inauguración de su exposición El Museo de Bellas Artes de Sevilla visto por Gonzalo Martínez.
En la muestra, patrocinada por la Obra Cultural de Cajasur y que estará abierta hasta el 1 de julio, el artista ha resumido casi tres años de trabajo. Las 61 obras que se cuelgan en la sala de exposiciones temporales son gouaches, dibujos, temples y óleos sobre distintos soportes. 'Desde mediados de 1999 he pasado todos los lunes y martes, los días que las puertas están cerradas al público en general, tomando apuntes y haciendo bocetos. Tengo unos 500 bocetos del museo. Al principio hice un análisis arquitectónico del edificio y después decidí habitarlos con mis personajes', comenta el pintor que es catedrático de Dibujo desde 1980 y en 1999 realizó en Jerez su antológica Sueños y vivencias.
Los personajes que aparecen contínuamente en la obra de Martínez Andrade son tipos populares sacados, en su mayoría, de los carnavales o seres mitológicos como el minotauro, inspirado en la imagen que de este ser mitad hombre y mitad toro creó Picasso.
Homenaje a las artes, un óleo de 240x160 centímetros, es una obra con la que saca a relucir su faceta de profesor y muestra el proceso creativo. Junto a este lienzo lleno de personajes alegóricos a las artes, en el que el pintor se autorretrata, cuelgan siete dibujos preparatorios. La intensidad de los colores y la densidad de su pincelada no ocultan su admiración por Matisse, Cézanne o Gauguin.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de junio de 2001