La rehabilitación de los barrios históricos encubre a menudo fenómenos de especulación urbanística que arrasan, junto a las viejas casas, la memoria colectiva de los ciudadanos y convierten esas zonas en una especie de parques temáticos más aptos para la mirada turística que para la vida cotidiana. La exposición Memòria urbana i espectacle, en la sala Espais, de Girona, hasta el 23 de julio, reúne experiencias y opiniones sobre una corriente crítica que propone fórmulas alternativas para revitalizar los centros históricos de las ciudades. La muestra, de la que es comisaria Montse Romaní, obtuvo el Premio Espais 2000 al mejor proyecto expositivo. Además de las obras de Ana Navarrete, la Asociació en Defensa de la Barcelona Vella, William James y Moïse Suillard, se han programado debates.
Los arquitectos Josep Fuses y Hubertus Pöppinghaus intervienen hoy (18.30 horas) para analizar, entre otros, el caso de Girona. La artista Ana Navarrete se centrará mañana (18.30) en las posibilidades de las prácticas culturales frente a la globalización. Las jornadas se cerrarán el sábado (11.00) con la intervención de Jorge Luis Marzo, investigador crítico con la museificación de las ciudades, y el fotógrafo David Gómez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de junio de 2001