No creo que haya que rasgarse las vestiduras por los sucesos ocurridos en Bergara el fin de semana pasado: la vandálica violencia provocada por un grupo de proetarras, impunes para la Ertzaintza.
Al fin y al cabo, los ciudadanos de esta población votamos el pasado 13 de mayo, muy mayoritariamente, al PNV-EA (con más del 54% de los votos), unos partidos políticos que han promovido positivamente la inhibición de las ¿fuerzas del orden? en este tipo de actos; y a EH (con más del 21% de los votos), una fuerza que no parece que vaya a mover un dedo, de momento, por evitar estos actos.
No creo que haya que echarse las manos a la cabeza por ese ensayo bélico de Bergara. Sus ciudadanos (que, como muchísimos votantes nacionalistas vascos, debimos pensar en las pasadas elecciones que el triunfo de Mayor Oreja iba a traer la guerra) lo hemos querido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de junio de 2001