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El tramo guipuzcoano de la Éibar-Vitoria se retrasará por carencia de fondos

El diputado de Carreteras siempre ha manifestado que los recursos forales sólo alcanzan para construir la A-1 desde el cruce de Malzaga hasta Mondragón (el 80% del tramo guipuzcoano). Jaime ha apelado en varias ocasiones a la 'solidaridad interterritorial' para reclamar 30.000 millones a los gobiernos vasco y central. Ayer reconoció que la Diputación no podrá acabar los 31,9 kilómetros de su tramo en el plazo previsto en el Plan de Carreteras (2004) y la apertura al tráfico se pospondrá al menos un año.

El Ejecutivo foral tiene presupuestados 53.000 millones de los 85.000 millones que cuesta el trazado guipuzcoano, y estudia ahora una fórmula para obtener los 32.000 millones restantes, bien sea vía peajes o a través de impuestos.

Jaime pronosticó este retraso en las obras de la A-1 durante la presentación del proyecto de construcción del tramo entre Bergara y Mondragón, que suma 3,5 kilómetros y tiene un coste cifrado en 13.686 millones de pesetas.

La obra incluye siete viaductos y dos túneles de 1.160 y 300 metros, respectivamente. La Diputación ha sacado a concurso una parte de este tramo, el comprendido entre Bergara y el cruce a Oñati, de 1,2 kilómetros y presupuestado en 5.801 millones de pesetas. El subtramo hasta Mondragón se licitará este mismo año.

El responsable foral de Carreteras confió en que la autopista esté operativa en 2004 entre Mondragón y la conexión con la autopista A-8 en Malzaga. En estos momentos se encuentran en construcción los ramales Éibar-Soraluze, Soraluze-Bergara y la variante que atraviesa este municipio, que podrían estar en funcionamiento a mediados de 2003.

Álava, por su parte, ya ha encargado el proyecto constructivo de los 14,3 kilómetros de su competencia.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de junio de 2001