Después de inspirar episodios literarios, melancólicas canciones e incluso películas como la reciente Besos para todos del director Jaime Chávarri, el mítico cabaré Pay-Pay volvió a abrir ayer sus puertas a la noche gaditana. El local que hasta los años setenta animó la madrugada del barrio del Pópulo, saciando la sed de vecinos trasnochadores y marineros ávidos de fiesta, será a partir de ahora un tranquilo bar de café y copas llamado a dinamizar la oferta cultural de la zona. Éste es el propósito de Paloma García Suero, quien al frente de un reducido grupo de jóvenes empresarios llevaba tres años acariciando el sueño de reflotar el Pay-Pay. El local pretende sustituir los antiguos reclamos de bailarinas ligeras de ropa por espectáculos como conciertos, números de magia o representaciones teatrales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de junio de 2001