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Las asociaciones cívicas de Barcelona se dotarán de un código ético

A la tupida red asociativa de Barcelona no paran de nacerle nuevos miembros que complican la tarea de coordinación. En el panorama del asociacionismo de Barcelona prima con frecuencia la cantidad por encima de la calidad de los servicios que ofrecen las asociaciones cívicas. Más de 600 entidades de las 3.500 que funcionan en la ciudad participarán el próximo fin de semana en el I Congreso de las Asociaciones de Barcelona, que tiene por objeto dotarse de un código ético al que podrán adherirse las entidades sin ánimo de lucro que lo deseen.

La amalgama de organizaciones es tan diversa -desde Cruz Roja hasta SOS Racisme, pasando por la Federación Cristiana de Padres de Alumnos- que ha venido a complicar a los organizadores la confección de un borrador, base sobre la cual trabajarán las personas que asistan al encuentro durante los días 8, 9 y 10 en las Cotxeres de Sants. La iniciativa de celebrar el encuentro partió del Consejo Municipal de Asociaciones de Barcelona, y será financiado por la Concejalía de Participación Ciudadana.

Asuntos como la financiación, que tanto preocupan a una parte considerable de las entidades sociales que precisan de las subvenciones públicas para poder llevar a cabo su trabajo, serán objeto de debate en un momento en que las administraciones están revisando los criterios que regularán en el futuro su concesión. Los trabajos de elaboración del código arrancarán en el congreso que se celebrará en las Cotxeres de Sants, pero durante un año los participantes podrán ir madurando el texto y las ideas para que el código ético esté listo para ser aprobado a finales del año 2002.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de junio de 2001