La oferta de plazas universitarias públicas en la Comunidad Valenciana superó el año pasado, por primera vez, a la demanda real, dejando un saldo de cerca de 3.000 vacantes. Es decir, la matrícula cayó un 10%, y reveló que el desajuste valenciano era la punta del iceberg de una tendencia que se ha generalizado en la universidad española. En noviembre de 2000, el Consejo de Universidades reconoció en Murcia frente a todos los rectores que el sistema universitario español había dejado un saldo de 30.000 plazas vacías y que la caída de matrícula puede ser del 25% en el 2010. El ministerio atribuyó el descenso al descenso demográfico y obvió que la caída de matrícula se producía tras cinco años de gestión del PP, periodo en el que se han autorizado 14 universidades nuevas (12 privadas) que crecen a un ritmo del 12%, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE). Para Gregorio Martín, director del Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia, que ha participado en estudios nacionales y autonómicos sobre el tema, el descenso de la matrícula hay que buscarlo en otras causas: el estado crítico de ciertas titulaciones (ya no resultan atractivas a los jóvenes, ni tienen salida laboral); la duplicidad de títulos en universidades que conviven en la misma provincia o ciudad; el fracaso de la adscripción de centros privados a universidades públicas; y la creación de una quinta universidad en Elche, son factores que, sin despreciar el descenso de la natalidad, explican el estado actual del sistema valenciano y, en general, del español. 'El Ministerio no ha tenido reflejos para introducir mecanismos correctores', sostiene Martin. Desde el rectorado de la Politécnica de Valencia, 'la situación universitaria no se ve tan crítica a corto plazo' y se muestra optimista respecto a los indicadores que hablan de un giro creciente en la curva demográfica a medio plazo. Pero sobre todo apuesta por un modelo de planificación basado en estudios de mercado y empleabilidad que avalan el éxito de la sinergia entre las titulaciones y plazas ofertadas y la demanda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de junio de 2001