En un país como Estados Unidos, con guías y religiones a medida, hasta Dios tiene sus propias páginas amarillas. Algunos curas, además, se alquilan. Eso al menos es lo que ocurre en rentapriest.com (literalmente, alquileunsacerdote.com), una página web creada por curas católicos disidentes, la mayoría de ellos casados, que ofrecen todo tipo de servicios religiosos a través de la Red. Hace diez años, Louise Haggett, hasta entonces una católica obediente, tuvo tantas dificultades para encontrar a un sacerdote que administrara la unción de enfermos a su madre, que sus convicciones se tambalearon. Su frustración, sumada a la de otros muchos que no creían tampoco en el celibato o la prohibición del control de la natalidad, hizo brotar seis años más tarde rentapriest.com. Cerca de 300 clérigos, a los que se une una base de datos que agrupa al menos a otros 2.500, forman hoy parte de ella, según informa The New York Times. Un servicio de matrimonio, el más solicitado, puede costar en torno a las 60.000 pesetas, aunque algunos también lo ofician gratis. Bajo la ley divina, las parejas que eligen esta opción viven en pecado. Pero bajo la ley de los hombres, estas ceremonias son válidas. Ése fue el caso el año pasado de la boda de Stephanie Krill. Su sueño de casarse bajo un balcón, rodeada de flores, se topó con la negativa de los sacerdotes ortodoxos católicos, que no estaban dispuestos a que el sacramento se celebrara fuera de una iglesia. El padre George, en rentapriest.com, no oponía, en cambio, ninguna resistencia. Stephanie no lo dudó. Y lo alquiló.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de junio de 2001