La empresa española Construcciones Aeronáuticas (CASA) admitió ayer que el accidente de un avión CN-235 ocurrido el 18 de mayo pasado en Ankara (Turquía), en el que murieron tres españoles y un turco, 'se debió probablemente a un fallo en los alerones', aunque señaló que la tragedia no pone en duda ' la seguridad en vuelo del resto de la flota'.
En un comunicado, CASA reconoció que 'los controles de calidad y procesos de ensayo fallaron en la detección del problema que causó el accidente' y se comprometió a dar 'una documentación de fabricación más clara'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de junio de 2001