La votación se amplió hasta las once de la noche, y es que poco después de que se abrieran los colegios electorales, a las nueve de la mañana, ya había colas en muchos de ellos, tanto en la capital como en otras ciudades del país. La televisión (estatal y bajo control de los conservadores) mostró durante todo el día imágenes de la alta participación y reconoció que era 'mayor de la esperada'.
'Cada papeleta es un voto a la República Islámica y a su Constitución, y tiene mucho valor para el país', declaró tras depositar su voto el líder iraní Alí Jamenei. Tanto Jamenei como Jatamí y el ex presidente Alí Akbar Hachemí Rafsanyani votaron en una pequeña mezquita adyacente a la casa del fallecido imam Jomeini, en Yamarán.
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Yamarán es un barrio del norte de Teherán que aún conserva el sabor del pueblo que un día fue. No hay edificios altos y sus callejuelas están salpicadas de árboles centenarios, a veces en el medio de la calzada. Allí vivió el artífice de la revolución iraní y allí residen algunos de sus más fieles seguidores, incluidos muchos de los actuales dirigentes de la República Islámica.
'Aquí se respira la presencia del imam', asegura Mariam, una joven de 22 años estrictamente cubierta por un chador. Mariam ha acudido a votar acompañada de otras tres mujeres de su familia, pero como había mucha gente han decidido volver más tarde. Todas votan desde los 15 años, y tienen claro que lo harán por Jatamí.
Sorprende en este país el grado de concienciación política de la gente. Incluso entre los más jóvenes. A Husein Haghpag le faltan unos días para cumplir 15 años y no puede votar. Pero le gustaría hacerlo. Con una seriedad y un aplomo que para sí quisieran muchos adultos explica que 'la gente acusa injustamente a Jatamí de haber empeorado la situación del país con las libertades que ha dado'. 'Es mentira; sólo tratan de desprestigiarle', subraya.
Derecho a discrepar
Pero el derecho a la discrepancia no es tan sólo un ejercicio verbal. Aunque dentro de los márgenes que establece el régimen islámico otros nueve candidatos, en su mayoría conservadores, han rivalizado con Jatamí. Y algunos han encontrado audiencia. 'Voy a votar a [Abdolá] Yasbí', declara un funcionario de universidad en referencia al rector de las Universidades Libres Islámicas, una red de centros de educación superior parcialmente gestionada por el Estado. Este votante justifica su elección en que 'Yasbí mejorará las relaciones con Estados Unidos, la economía y la seguridad'.
Según la encuesta de Irna, sólo el ex ministro de Trabajo Ahmad Tavakoli tiene posibilidades de superar un 10% de los votos. Los otros ocho candidatos apenas alcanzarán el 1%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de junio de 2001