La Guardia Civil tuvo ayer que tranquilizar los ánimos de los 60 pasajeros del vuelo de Iberia 8865, con destino Santander, que tenía prevista su salida a las nueve de la noche y que salió de Barajas a las 12, después de que, tras grandes discusiones, ocho viajeros accedieran a quedarse en tierra y dormir en Madrid porque el avión presentaba overbooking. Los viajeros recibieron la noticia de que ocho de ellos no podían volar cuando ya estaban en el autobús. Al principio, ninguno de los pasajeros aceptó quedarse.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de junio de 2001