Leo, con cierta rabia, la carta de Mónica Martínez Ribé (sábado 26 de mayo). ¡Por fin! alguien le pide determinación a la Administración para que ponga fin al abuso, silencioso y 'tolerante', de los fumadores contra ese insignificante 64% no fumador de la población española.
Da igual que por causa directa del tabaquismo mueran, solamente en España, más de 57.000 personas el año pasado, más de 6.000 fumadores pasivos o a la fuerza. Da igual que mueran un 500% más de españoles por tabaquismo que en accidentes de carretera, el Gobierno no se gasta ni un duro en campañas para prevenir dicha primera causa de muerte evitable. Da igual, porque ni cumple en sus dependencias el Real Decreto 192/88 sobre los derechos de los no fumadores ni reglamenta oportunamente para que la judicatura deje de 'silbar y mirar al techo' cuando un tema sobre derechos de los no fumadores llega a su juzgado. Quizá si el señor Aznar no dedicase fotos al club de fumadores 'por la tolerancia' (¡menudo eufemismo!) ni los recibiera en La Moncloa, y éstos no lo publicaran en Internet (nombrándole miembro de honor), fuera más fácil pensar que aquí 'no hay tabacalera encerrada'.
Menos mal que no todo el mundo juega a lo fácil. Menos mal que el Gobierno de Aragón ha legislado teniendo en cuenta lo obvio para cualquiera: la salud y el derecho a no fumar de una inmensa mayoría. Desde el 1 de mayo tenemos una ley mucho más avanzada y para cumplir 'de verdad'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de junio de 2001