Amor, soledad, ilusión, horror, belleza, hastío, tristeza, fuerza, ternura, rabia, dureza, aguante, pena, dolor, más dolor, más amor..., todo y nada. El escalofrío que recorrió mi espalda anuló la posibilidad de pronunciar todas las palabras que golpeaban mi mente al ritmo del reloj que tan magistralmente ha sabido engrasar Elías Querejeta. Es casi una obligación moral ir a ver y sentir Asesinato en febrero.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de junio de 2001