La peligrosa moda de conducir y hablar por teléfono móvil, sea sujetándolo con la mano sea con auricular y micrófono de pinza, tiene los días contados. Y tampoco va a valer pararse en el arcén. Todos los partidos han acordado proscribir las conversaciones por teléfono del conductor, salvo que el coche que pilote esté adaptado y disponga de un sistema sin manos. El argumento en contra es bien sencillo: los estudios de los especialistas en siniestralidad en carretera indican que la conducción con el móvil agarrado o con un oído taponado incrementa por ocho la posibilidad de tener un accidente y 'la pérdida de atención es equivalente a la merma de facultades que sufre una persona con un gramo de alcohol en sangre', tal y como refieren varias enmiendas.
El artículo 11 de la ley de Seguridad Vial también es el que recoge la prohibición de que los niños vayan como paquetes en motos y ciclomotores y que no puedan viajar en los asientos delanteros de un coche, salvo que estén adaptados. CiU pretende ahora que la prohibición de los niños-paquete no rija en los desplazamientos urbanos y que la barrera de los 12 años sea flexible en función de la complexión del menor (por ejemplo, que sí puedan montar los niños que midan más de 135 centímetros). Ni el PP ni el PSOE están por transigir.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de junio de 2001