Es evidente que las viñas del Penedès están empezando a morirse, y no precisamente debido a la filoxera, que arrasó nuestros viñedos a finales del siglo XIX, sino a una enfermedad que parece mucho más implacable.
Los polígonos industriales aparecen en todas partes, indiscriminadamente, sin planificación, en detrimento de las viñas, e hipotecan nuestro paisaje, es decir, nuestro patrimonio, de una forma irreversible. El Penedès es una zona que debe desarrollarse, es cierto, pero ¿es necesario este afán de crecimiento desmesurado por el que apuestan todos los alcaldes? Desde mi modesto punto de vista, la recientemente aprobada carretera Martorell-Gelida-Sant Sadurní, que debe transcurrir paralela a la autopista A-7, es absolutamente innecesaria y sólo se justifica por el afán de crecimiento industrial. ¿Queremos que el Penedès se convierta en una comarca industrial, como el Vallès o el Baix Llobregat?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de junio de 2001