Cinco días después del rechazo irlandés al Tratado de Niza, la Asamblea Nacional de Francia reaccionó ayer con un apoyo mayoritario a esta pieza de la arquitectura de la Unión. El escrutinio arrojó 407 votos a favor de la ratificación, 27 en contra y 13 abstenciones, en un acto parlamentario que debe completarse con el del Senado y una segunda y definitiva ratificación por la Asamblea, fijada para el 30 de junio.
Casi todos los partidos votaron como habían previsto hacerlo antes del no irlandés, si bien este último animó a los euroescépticos a pedir una reconsideración del Tratado. Entre ellos, el ex ministro de izquierdas Jean-Pierre Chevènement, que consideró 'caduco' el Tratado y se mostró a favor de un referéndum. El impacto irlandés resultó más fuerte en el seno del partido centrista Unión por la Democracia de Francia (UDF), lleno de personalidades, que se dividieron por completo a la hora de votar: el ex primer ministro Raymond Barre respaldó el Tratado, varios centristas votaron en contra y el ex presidente Valéry Giscard d'Estaing se abstuvo. 'El Tratado de Niza es desfavorable a los intereses de Francia', se justificó este último. 'No olvidemos que Francia es uno de los fundadores de la Unión Europea e incluso el país fundador. No reclamamos privilegios, pero sí el lugar que corresponde a nuestro país por su importancia y su experiencia europea. Éste no ha sido el caso'.
Los partidos de derecha Unión por la República (RPR) y Democracia Liberal (DL) se pronunciaron a favor, lo mismo que el Partido Socialista. Los comunistas se dividieron entre abstenciones y votos en contra, al igual que Los Verdes y el Partido Radical.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de junio de 2001