En Colombia hay 14.000 niños, vestidos de guerrilleros o paramilitares, que andan con sus morrales al hombro y un pesado fusil por montañas y selvas, disparando en la guerra absurda que vive Colombia.
'Mi papá era guerrillero', aseguró un joven de 16 años, con tres de combatiente en las filas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, al ser preguntado por qué estaba en la guardia del comandante Manuel Marulanda, Tirofijo, en su reciente encuentro con el presidente Andrés Pastrana. Y son muchos los que, como él, ven 'normal' esta opción, pues han vivido en zonas dominadas durante años por la guerrilla. Según el mismo estudio, el 86% de los niños y niñas que forman una décima parte de las filas insurgentes se enrola voluntariamente. Los demás son reclutados a la fuerza.
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'Nosotros tenemos una norma', reitera Tirofijo, 'que dice que reclutamos de 15 años en adelante'. 'Yo no me voy porque no me quiero separar de mi mamá', relataba una niña de 12 años en otro lugar de la extensa zona de distensión. 'Pero mi amiga Jenny, sí; ella estuvo en el primer curso [hay tres]. Les dan comida deliciosa. Ella se va cuando termine este año la escuela'.
Los niños paramilitares no están a la vista. Algunos comandantes paras cuentan como un punto a favor en esta guerra el no mandar niños al frente de combate. Pero se sabe que los utilizan como enlaces.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de junio de 2001