¿Para qué sirve la ONU, si no es capaz de acabar con los más lacerantes abusos, como son los que se perpetran contra los niños? Según la misión vaticana ante las Naciones Unidas en los años noventa, más de 20 millones de niños han sido asesinados, heridos u obligados a huir a causa de la guerra. No entiendo que, con tantos recursos mediáticos que podrían mostrar la tragedia en toda su magnitud, la comunidad internacional no se movilice para acabar de una vez por todas con el escándalo de los niños soldado. Todavía hay cincuenta países que los reclutan forzosamente y que los someten a abusos de todo tipo. No pueden ir a la escuela, están separados de su padres y sometidos a violencias físicas y psicológicas. Pero, claro, como no hay petróleo por medio, Occidente contempla impertérrito, sin mover ni un dedo, esta iniquidad.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de junio de 2001