La derrota a manos del PP en el Congreso de los Diputados de una propuesta votada unánimemente anteayer en el Parlament para rebajar los peajes en Cataluña proporcionó un imbatible argumento a Pujol. ¿Qué se saca de pactar cosas en Cataluña si luego dependen de otros?, se preguntó retóricamente. 'Nada de nada', se respondió.
Carod había utilizado su turno en la sesión parlamentaria de preguntas al presidente para afear a Pujol que sus aliados del PP hayan 'tumbado' en Madrid numerosos acuerdos del Parlament, el de los peajes y la ley sobre grandes superficies comerciales, entre otros. Carod reclamó a Pujol que 'deje en herencia' una política de acuerdos con los partidos catalanistas que estuvieron contra la dictadura franquista, en vez de la actual política de pactos con el PP.
La apelación a las viejas complicidades de 30 años atrás no hizo mella en Pujol. Al revés. Recordó a Carod que de las 32 leyes aprobadas esta legislatura, 16 lo han sido por unanimidad, 11 por tres grupos parlamentarios y sólo 5 por la mayoría CiU-PP. Pero con quien no hubo forma de pactar precisamente la ley de política lingüística, un asunto de máxima importancia para los nacionalista, fue precisamente con ERC porque prefiere 'hacer testimonialismo.
Pujol rechazó también el requerimiento que le formuló Maragall para fijar una posición común de todos los partidos catalanes sobre financiación autonómica. En este caso el argumento fue que, en el fondo, los socialistas utilizan el asunto de la financiación autonómica para hacer 'partidismo'. Para demostrar su aserto, Pujol recordó que ahora las comunidades gobernadas por el PSOE están reclamando al Gobierno los fondos no recibidos por no haberse sumado al acuerdo de 1996 entre CiU y el PP.
Más dificultades tuvo Pujol, en cambio, para rebatir los argumentos del portavoz de Iniciativa-Verds, Joan Boada, y del presidente del PP catalán, Alberto Fernández Díaz, que le pidieron explicaciones por el inferior nivel de aprobados en las evaluaciones de las escuela pública en comparación con la privada. Pujol dijo que esta diferencia radica en que usan parámetros de evaluación distintos. Pero luego argumentó que eso pasa también en otros países del entorno europeo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de junio de 2001