La danza de los miembros de la compañía DCA, la música en directo de la orquesta y las proyecciones en cine y vídeo conforman Shazam, un espectáculo que 'busca el puro divertimento de artistas y espectadores', según el coreógrafo Philippe Decouflé. Shazam cierra en Barcelona su gira internacional con cuatro únicas funciones, desde hoy hsta el domingo, en la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya (TNC). Estas cuatro representaciones son las primeras que realiza en Barcelona la compañía de Philippe Decouflé, un coreógrafo de prestigio internacional formado en las artes circenses, el mimo, la danza, el cine y las técnicas audiovisuales. Las ilusiones ópticas, los encuadres, la metamorfosis y el cine son algunas de las obsesiones que Decouflé desarrolla en este espectáculo. 'Hemos ideado un montaje espectacular, sin narración ni historia argumental, que busca divertir y luchar contra el aburrimiento', señala Decouflé. Shazam es una sucesión de números circenses en los que los bailarines practican un tipo de danza muy libre, que invita a los espectadores a dejarse llevar por los sentidos. A través de extrañas imágenes, como el conejo sombrero o el pez gato, Decouflé pretende que el público sueñe con los ojos abiertos. Algunos textos breves, que en Barcelona se recitarán en catalán, y numerosos efectos ópticos inspirados en George Méliès completan este espectáculo multidisciplinario, que tiene varios niveles de comprensión y puede divertir a niños y a adultos.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de junio de 2001