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TRIBUNALES

Nadie reconoce al testigo del 'caso Trini Agulló' como su convecino

La defensa del caso Trinidad Agulló, la joven de 23 años asesinada en el interior de un garaje de Elche la noche del 20 de mayo de de 1996, expresó ayer sus dudas sobre la 'validez jurídica' de la principal prueba inculpatoria: la declaración de un testigo protegido, que años después del crimen, comunicó a la policía que en la noche de autos vio salir del garaje -'con un objeto punzante y la mano derecha ensangrentada', precisó- al acusado. A raíz de este testimonio la policía detuvo a T. B., de 28 años y enfermo psiáquitrico, como supuesto autor del homicidio.

El testigo protegido aseguró que en esas fechas residía en un piso en una calle próxima al lugar del crimen y que vio al acusado mientras buscaba aparcamiento. Sin embargo, ninguno de los residentes en ese inmueble (una docena de personas) reconoció ayer al testigo protegido como su convecino. 'No lo conozco o no recuerdo haberlo visto', fueron los comentarios de estos testigos. La declaración de estas personas contradijo la de la propietaria de la vivienda alquilada, quien sí afirmó reconocer al testigo protegido y a su mujer como inquilinos del piso, aunque sin precisar durante qué periodo.

El letrado de la defensa apuntó, además, que 'tiene indicios, aunque no pruebas' de que el testigo protegido tiene antecedente policiales y lamentó que el juzgado haya bloqueado cualquier investigación en este sentido. Mientras, los abogados de la acusación particular y popular destacaron la declaración de la propietaria de la vivienda, 'como prueba de que el testigo protegido vivía en la zona y buscaba aparcamiento'.

La vista oral de este caso, que se celebra ante un jurado en la Audiencia de Alicante, sigue hoy con las pruebas periciales y los informes de los forenses. El fiscal, que en su calificación inicial mantiene que el acusado asesinó a Trinidad Agulló asestándole 11 puñaladas, pide para T. B. diez años de internamiento en un centro psiquiátrico. El acusado asegura que desde 1992 pacede una esquizofrenia paranoide.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de junio de 2001