Si el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, quiere declarar ante la justicia sobre la venta de Ertoil, el Gobierno debe impedir que el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, bloquee esa posibilidad como hizo el pasado año. Ésta es la petición que ayer hizo el portavoz socialista, Jesús Caldera, al ministro de Justicia, Ángel Acebes. Ambos protagonizaron un fuerte altercado dialéctico en el pleno del Congreso, lo que no impidió que minutos después negociaran con éxito los últimos retoques al procedimiento de elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, dentro del Pacto sobre la justicia.
'El fiscal del Tribunal Supremo Bartolomé Vargas considera que existen indicios graves de comisión de delitos en la venta de Ertoil, por parte de Ercros, donde Piqué ocupaba importantes cargos directivos', relató Caldera. 'Este mismo fiscal pidió el año pasado su imputación y el fiscal general lo impidió'. Jesús Caldera concluyó: '[Cardenal] no es el fiscal de Piqué, por lo que le pregunto cómo va a garantizar el Gobierno la imparcialidad del fiscal. Y usted, señor ministro, debe garantizar que Cardenal no lo impida'.
La respuesta del ministro se atuvo al contenido de las actuaciones del fiscal general del Estado que señala el Estatuto del Ministerio Fiscal y se extendió sobre el cumplimiento estricto de la legalidad de Cardenal y del Ejecutivo. Enseguida empezaron las descalificaciones. Acebes aprovechó para sacar a relucir la reacción de los socialistas del día anterior por la decisión del Tribunal de Conflictos de dar la razón al Gobierno al entender que el indulto concedido a Javier Gómez de Liaño incluye su reingreso en la carrera judicial. 'El PSOE insulta cuando no le gusta una resolución judicial, lo que forma parte de la herencia más rancia de los Gobiernos socialistas'.
El PSOE acusó al Ejecutivo de 'meter la mano en la fiscalía' y citó sus 'interferencias' en la labor del fiscal Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo. Este grupo político presentó una proposición no de ley para que España firme la Convención Penal y Civil sobre la Corrupción. También el PSOE llevó al Congreso acontecimientos de la víspera, como fue el recibimiento de Piqué al presidente de EE UU, George Bush, al que dispensó repetidas inclinaciones de cabeza. Caldera pidió 'decoro' al ministro de Exteriores. 'Se lo hemos visto perder ante el presidente de Estados Unidos, inclinando la cabeza hasta perderlo, inaugurando la diplomacia del cabezazo'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de junio de 2001