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Una testigo vincula el homicidio de Estepona con el clan de los acusados

No hay ni una sola prueba contra los cinco acusados de la muerte de un joven de 18 años en el puerto deportivo de Estepona el 1 de enero de 1998. La imputación se basa en la incrimación de testigos y de momento sólo uno de los cuatro que han declarado ha inculpado al clan de Los Mininos, al que pertenecen los supuestos autores y sus cómplices.

En la sesión de ayer, el propietario del pub donde comenzó la riña y una testigo protegida se contradijeron en sus testimonios. Mientras aquel, que compareció a cara descubierta, aseguró que no vio al agresor porque 'estaba poniendo música', la segunda testificó que el dueño del bar le confesó que conocía al agresor, que era del clan de Los Mininos y que la agresión se produjo dentro del establecimiento, pero que sacaron a la víctima fuera y limpiaron la sangre para que no le cerraran el local. Incluso apuntó que le dijo que en la rueda de reconocimiento lo había reconocido, pero se calló porque estaba delante su abogado. El dueño del pub sólo admitió que la madre de Los Mininos estuvo buscándole para hablar con él. Otro testigo protegido dijo que al agresor le llamaban Juan, nombre que no corresponde con ningún imputado. El padre de la víctima se extrañó de que en una zona tan concurrida 'nadie viera nada'.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de junio de 2001