La Audiencia de Madrid inició ayer el juicio contra Pablo E. B., de 64 años, acusado de matar el 12 de enero de 1999 a Jesús Cano, su compañero de celda en la cárcel de Soto del Real. El acusado, cuyos informes periciales revelan evidentes síntomas de padecer 'esquizofrenia evolutiva', declaró que la muerte de Cano se produjo 'en defensa propia tras un combate a muerte entre ambos'. 'Tras una hora de pelea, cuando le vi en el suelo, inmóvil y rodeado de sangre, me tumbé en la cama y di gracias a la Virgen del Carmen por haberme dado más fuerzas que a él y ganar en el combate'.
El fiscal solicitó para el acusado nueve años de prisión o su ingreso en un centro psiquiátrico por el mismo periodo.
Por su parte, el abogado del procesado señaló que Cano murió 'al golpearse con el inodoro tras recibir un puñetazo de su cliente', pero pidió al tribunal del jurado que, dada la esquizofrenia que padece su cliente, lo exculpe y ordene su ingreso en un centro psiquiátrico. El abogado de la familia de la víctima, Francisco Vargas Salmerón, cree que efectivamente el acusado padece un trastorno mental, pero responsabilizó del crimen a Instituciones Penitenciarias 'por mezclar en una misma celda a su cliente con una persona esquizofrénica'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de junio de 2001