Los alcalaínos Espejo de Calle meten al público de la sala Triángulo en el asfixiante y lúgubre ambiente de una sala de interrogatorios. Allí, cara a cara, Pedro y el capitán, torturador y víctima, los dos, mueren un poco. Pedro elige 'morir como un vivo antes que vivir como un muerto' y con su valentía pone al desnudo la mala conciencia del capitán. La historia, original de Mario Benedetti, es una metáfora sombría del poder y de los que sufren su opresión. Pedro encarna a quienes son capaces de tomar 'la más cara, libre, dura y generosa de las decisiones, la que emana del compromiso', destacan. Y el capitán representa 'la soberbia del poder aplastada por su propia amoralidad'. Como muestra de ese compromiso que reivindican, la compañía y la sala Triángulo cederán a Amnistía Internacional (AI) el 66% de la recaudación obtenida de hoy al domingo (20.30).
También en la Triángulo, hoy y mañana (0.30), el actor y guionista bilbaíno Juan Vázquez hablará de 'la condición femenina, la muerte, la melancolía del sexo, el cóctel político en Euskadi, las pérdidas de orina a partir de los 40, el Estado-subvención y la crisis de la pareja', en números de unos 15 minutos de duración, teñidos de 'un humor duro, nocturno, urbano, sin concesiones'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de junio de 2001