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Reportaje:

Mira mi pecho muy tatuado

La élite mundial del dibujo corporal se reúne en Madrid

El arte de decorar el cuerpo o cómo no dejar hueco para que apenas transpire la piel. Casi un millar de personas se acercaron ayer a la IV Convención Internacional de Tatuaje para decorar sus cuerpos a base de tinta y aguja, observar las obras de arte en carne ajena o simplemente darse una vuelta por los puestos.

La atracción del día: Isobel Varley, la mujer más tatuada del mundo. Varley, de 70 años mostró, sin ningún reparo, los dibujos y perforaciones de su cuerpo lozano. La convención ofrece a los asistentes, además de tatuajes, la posibilidad de hacerse un agujero en los sitios más insospechados para colgar todo tipo de bisutería. También hay concursos donde los mejores tatuadores del mundo tienen que mostrar sus mejores habilidades en diversas categorías: color, negro, espalda...

Eso sí, los menores, según fuentes de la organización, tienen que presentar un permiso paterno si lo que pretenden es tatuarse o perforarse. O llevarse a los propios padres, como hicieron muchos chavales, para convencerles de que tatuados, están a la moda. La IV Convención Internacional de Tatuaje se celebra hasta el próximo domingo en el pabellón XII del Recinto Ferial de la Casa de Campo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de junio de 2001