El vecino de Santurtzi J.P.G. se roció ayer con gasolina y amenazó con prenderse fuego para evitar que la Policía Local ejecutara la orden del Ayuntamiento de clausurar un taller de reparación de coches, sito en una lonja de su propiedad. Tras una hora de conversaciones, depuso su actitud. Los vecinos habían denunciado actividades ilegales en el local.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de junio de 2001