Según la información del viernes 1 de junio, el Parlament rechazó reprobar a la ministra de Cultura por sus opiniones sobre el catalán. Pero una segunda moción insta a la Generalitat a dar apoyo a cualquier ciudadano que reclame sus derechos lingüísticos. Yo me acojo a esta segunda parte y reclamo públicamente la restitución de mi partida de nacimiento auténtica. Deseo obtener el documento original, que fue secuestrado en 1943, cuando salí al exilio. El que obra en mi poder dice al calce: 'Esta inscripción es reproducción de la practicada con fecha 15 de noviembre de 1937, obrante al folio 232, acta núm. 466, de esta misma sección, la cual fue considerada nula de conformidad con lo dispuesto en el art. 2º de la Orden de 12 de Agosto de 1938, por no estar escrita en el idioma oficial castellano'.
La identidad nacional y lingüística que me arrebataron en la infancia sólo puede situarse en el ámbito material y espiritual que le corresponde por un acto de justicia. Espero así que mis derechos como individuo prevalezcan sobre los derechos de instituciones autoritarias y que el tiempo transcurrido no sirva de excusa para obviar mi petición. Después de todo, la justicia no tiene fecha de caducidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de junio de 2001