Joan Maria Xiol y Alonso-Cuevillas fueron durante cuatro años una pareja muy bien avenida, hasta que la convocatoria de las elecciones les separó en lo profesional y lo personal. Xiol asegura que no esperaba que el que había sido su jefe optase a la reeleción y éste dice que nunca prometió que no lo haría, algo que otros dudan. Al final, cada uno por su lado.
Nadie duda de que la virtud de este candidato a decano es que tiene muy muy pocos enemigos en la profesión. Con 55 años y 20 de ejercicio admite sin reparos que ofreció a los otros tres candidatos la posibilidad de hacer una lista conjunta para 'evitar la fractura del colegio', incluyendo la posibilidad de renunciar a ser candidato. Pero nada de eso ocurrió.
Lo que diferencia su candidatura del resto, afirma, es 'el talante de las personas, por su experiencia o probada honestidad'. Plantea un colegio al servicio de los abogados, 'no que se sirva de los abogados'. Su candidato a vicedecano es Pau Molins, uno de los penalistas con más proyección de Barcelona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de junio de 2001