Con pocos días de diferencia han fallecido de accidente laboral dos compañeros ferroviarios de Valladolid y Tarragona: al primero le ha matado la corriente (3.000 voltios) y al segundo le ha atropellado un tren. Para estos compañeros (uno de ellos se casaba e iba a ser padre en pocos días), desgraciadamente, todo ha terminado, pero no para sus familias, que todavía les quedan cuestiones que 'pelearse': pensiones, indemnizaciones, ayudas, etcétera; con la dificultad añadida de que los informes elaborados por Renfe vienen a responsabilizar a ellos mismos junto a otros compañeros.
Para eso sirve la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, y en concreto su desarrollo en Renfe, no para proteger la vida de los/as trabajadores/as, sino para buscar responsables, en muchos de los casos los propios 'muertos'. En lo que llevamos de año se han producido ya más fallecimientos por accidente en Renfe que todo el año pasado.
Mientras tanto, Renfe continúa impasible con su misma política: reducción de personal, aumento de productividad, aumento de funciones, escasa o nula formación, etcétera, en detrimento de la seguridad tanto de los/as trabajadores/as como de la circulación de trenes.
Esto no puede continuar así, o nos dotamos de una herramienta que verdaderamente nos proteja o los/as trabajadores/as seguiremos 'cayendo como moscas'. Sólo me queda ofrecer todo mi apoyo a las familias; a los compañeros fallecidos, que la tierra os sea leve. Salud.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de junio de 2001