El Consell estaba advertido por sus letrados de que la Comisión Europea podía concretar las acusaciones sobre el parque Terra Mítica en un expediente formal, según reconocieron ayer fuentes de Presidencia de la Generalitat. Sin embargo, a fecha de ayer, ni la Generalitat, ni los miembros del consejo de administración de Terra Mítica tenían constancia de 'ninguna notificación oficial de apertura de expediente'.
Según fuentes de Presidencia de la Generalitat, el Gobierno valenciano confía en que se resuelva todo el asunto cuanto antes, especialmente después de más de dos años de la apertura de un proceso que, al no estar abierto oficialmente, carece de regulación procesal y ha obligado al Consell a informar sobre distintos aspectos de su relación con Terra Mítica. 'Si se abre expediente oficial será sobre una cosa concreta y no sobre acusaciones genéricas, lo que permitirá cerrar definitivamente el tema, independientemente de cuál sea la decisión de la Comisión Europea', explicó un alto cargo de Presidencia. La misma fuente manifestó que 'el proceso [desde la denuncia formulada por la Federación Europea de Parques de Ocio] ha tenido un comportamiento oscilante en función de lo que apretasen desde Barcelona [en referencia a Port Aventura] y de los cambios de funcionarios en la dirección general cuatro, que es la responsable de resolver la cuestión'.
En la tarde de ayer, la oficina de la Portavoz del Consell emitió una nota sobre la previsible apertura del expediente sobre Terra Mítica. 'Conviene recordar que han sido las propias autoridades públicas de la Comunidad Valenciana las que han solicitado recientemente la apertura de este procedimiento', afirma el comunicado, que añade: 'La apertura del expediente por parte de la dirección general de la Competencia permitirá aclarar ciertos aspectos pendientes para poder cerrar de manera definitiva el procedimiento'.
Para los responsables del Consell, como ha indicado varias veces el presidente, Eduardo Zaplana, 'la denuncia contra el parque temático de Terra Mítica no tiene ni pies ni cabeza y sólo pretende crear complicaciones a una inversión importante' de la que han tenido que informar a las autoridades europeas en repetidas ocasiones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de junio de 2001