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CARTAS AL DIRECTOR

Prueba de alcoholemia

Aún no salimos de nuestro asombro. La verdad es que la primera vez que ocurrió pensamos (porque en el fondo somos bienpensantes) que el agente tenía un mal día. Una tarde de junio, a las cinco, aproximadamente, salíamos de Medinaceli de comer y nos paró la Guardia Civil; hicieron a mi marido apearse del vehículo y repetir cuatro veces, cuatro, la prueba de soplar ¡porque daba negativo! Que los niños estuvieran delante, alucinados, y que el agente no se creyera que sólo habíamos bebido agua fue bochornoso. 'Mamá, ¿papá es un borracho?'. 'No, hijo, no, todo lo contrario, si no bebe nunca'. 'Entonces, ¿por qué se pone así el policía?'.

El viernes por la noche, mejor dicho, de madrugada, pasó de nuevo. Nos hacen parar el coche en un control, le hacen la prueba tres veces, a lo que el guardia textualmente comentó: '¡Por mí, como si usted tarda cuatro horas en que salga, no tenemos ninguna prisa!'. Y todo porque se da por hecho que si vuelves a tu casa de madrugada tienes que haber bebido. Como los datos no convencían al cabo, nos hicieron bajar y metieron a mi marido en una furgoneta. 'Para que le haga la prueba mi superior, con otra maquinita que no se le escapa nada, que lee el alcohol en el paladar'; y se la volvieron a hacer, y siguió dando negativo; después de 40 minutos nos dejaron ir, con cara de y la próxima no te escapas.-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de junio de 2001