FCC ha decidido mantener intacto su negocio de construcción, dando marcha atrás a la decisión anunciada hace un año de vender el 49% de esta división mediante una salida a Bolsa. Para ello ha sido preciso convencer a Vivendi, su socio francés, que quería centrar la actividad en los servicios, de que los más de 23 billones de pesetas de obra pública que se licitarán en los próximos años aconsejan el cambio de planes.
Ahora, un año después, y ante el mismo foro -la junta general de accionistas- el presidente de FCC, Marcelino Oreja, no sólo dio por cancelada la venta de hasta el 49% de FCC Construcción, sino que anunció su reforzamiento mediante la expansión internacional, para que se convierta junto a los servicios y el cemento en las tres áreas estratégicas del grupo.
Las razones oficiales para este viraje han sido el maná que esperan del Gobierno en forma de inversiones billonarias (23,5 billones de pesetas en los próximos diez años) del Plan de Infraestructuras y del Plan Hidrológico, la elevada liquidez (100.000 millones de pesetas) y la desinversión en activos no estratégicos que aseguran un volumen de recursos suficientes para acometer las inversiones necesarias. Oreja, que descartó cualquier gran fusión con constructora, no ocultó las discusiones que ha habido sobre este asunto entre los dos principales accionistas Esther Koplowitz y Vivendi, aunque negó que la empresa hubiera corrido el peligro de dividirse en dos, quedando la construcción en manos de la primera, y la división de servicios en los de la multinacional francesa, como se llegó a especular.
Entre las áreas que ya no se consideran estratégicas están las telecomunicaciones, pese a lo que Oreja indicó que mantendrán su participación en Xfera, el cuarto operador de móvil, del que controlan el 30%. FCC prevé incrementar un 10% este año tanto los ingresos como el beneficio neto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de junio de 2001