Una mujer de 36 años que sufría depresiones pasajeras mató ayer a sus cinco hijos, de edades comprendidas entre seis meses y siete años, y llamó después a la policía para confesar el crimen. Los agentes encontraron cuatro de los cinco cadáveres tendidos en una cama; el quinto se encontraba hundido en una bañera llena de agua. Aparentemente, la madre fue ahogando uno a uno a sus cinco hijos.
El suceso ocurrió en el barrio Clear Lake, un suburbio de Houston (Tejas) cercano a las instalaciones de la Agencia Espacial Norteamericana (NASA). La mujer, Andrea Yates, llamó a la policía hacia las 10 de la mañana y pidió que una patrulla se desplazara a su domicilio. Cuando los policías llegaron, Yates les dijo: "He matado a mis hijos". Yates tomaba medicación contra las depresiones desde el nacimiento de su cuarto hijo.
La policía trataba de obtener anoche una declaración de la mujer, que también llamó a su marido después de cometer los asesinatos para que regresara del trabajo al domicilio: "Es mejor que vengas a casa", le dijo. El marido, a quien la policía no considera sospecho de complicidad, confirmó que Yates se vio sumida en una fuerte depresión post-parto cuando nació el cuarto de sus hijos, todos varones. La quinta fue una niña que tan sólo había cumplido seis meses.
Los cuerpos del bebé y los niños de dos, tres y cinco años estaban en la cama de los padres cubiertos con una sábana. El niño mayor, de siete años, estaba ahogado en la bañera. Los equipos forenses comprobaron en seguida que todos los pequeños habían muerto ahogados. La mujer, detenida sin que opusiera resistencia, estaba empapada cuando la policía llegó a la casa. Los canales locales de televisión mostraron a Yates calmada y tranquila mientras era trasladada por los agentes, esposada.
Un vecino relató que el padre y los hijos habían acudido a su casa el fin de semana pasado a una fiesta de cumpleaños. "Le preguntamos por qué no había venido su mujer", contó el vecino, "y nos dijo que Andrea no salía mucho porque sufría fuertes depresiones". También aseguró que la familia apenas socializaba con otros vecinos en los cuatro años que llevaban en esa zona residencial.
Aunque se requiere esperar a los resultados de la autopsia, parece que los pequeños (cuatro niñas y un niño) murieron ahogados. En el momento del suceso, el padre de los niños estaba trabajando y no es considerado sospechoso por la policía. Fue llamado para que acudiera a la casa tras descubrirse la tragedia y está cooperando con la policía. La mujer mostró una actitud perturbada y respiraba agitadamente cuando contó lo ocurrido por teléfono a los agentes. 'He matado a mis hijos', dijo, según John Canon, portavoz del departamento de policía de Houston.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de junio de 2001