Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
CARTAS AL DIRECTOR

El Tour más duro

He leído el artículo acerca del ciclista Javier Otxoa y su rehabilitación y el del doctor Quemada sobre las consecuencias del TCE, y me he decidido a escribir.

Verán, yo, a mis 22 añitos, ya sé lo que es pasar por esa situación (accidente, TCE, un año de dura rehabilitación). Pero no escribo para contar mi caso (ahora estoy mejor que nunca), sino para, al igual que la familia Otxoa y otras muchísimas personas anónimas que pasan por lo mismo, reclamar la necesaria y urgente apertura de muchos más centros de este tipo (de daño cerebral), y no sólo privados (muy costosos), sino, sobre todo, públicos (para algo existe una sanidad pública que todos pagamos). Porque normalmente, cuando se habla de accidentes, sólo se cuenta el gigantesco número de víctimas (como un simple dato estadístico más, al que desgraciadamente nos hemos acostumbrado); pero ¿qué pasa con los lesionados, muchos de ellos irreversibles?

Los pocos centros que existen en nuestro país están completamente saturados ante el creciente número de nuevos casos. Por todo esto, sólo pido que se lo piensen un poco, además de prudencia al volante. Por favor, se lo agradecería muchísimo, no saben lo mal que se pasa.-

Pablo Navarro Ruiz. Madrid.

Alquileres en España

Una de las decisiones ineludibles al trasladarse a un nuevo país es la de la vivienda. Las alternativas, lógicamente, como en cualquier otro país, deberían ser las de la compra o el alquiler.

Tras un año en España, me doy cuenta de que evidentemente no es así.

Para una persona joven y con planes de quedarse dos años en España, la opción de alquiler es claramente la más razonable.

Debo admitir que creía que las trabas a las cuales me he tenido que enfrentar durante los últimos ocho meses -precios arbitrarios, arreglos dispares, trato hostil- se enmarcaban dentro de un conjunto de actitudes discriminatorias contra los extranjeros que se practican en todos los ámbitos de la sociedad y en todos los lugares del mundo. Tras un año en España, descubro que el problema de fondo es otro: la desorganización, los engaños y el caos reglamentario del mercado de alquiler lleva años perjudicando tanto a españoles como a extranjeros.

Para alguien que se queda residiendo dos años en España, la denuncia judicial es lenta e inútil.-

Ana Pamela Bouco. Madrid

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de junio de 2001