Un asunto de esta especie, en manos de George Cukor y triangulado por, pongámonos en lo mejor, Katharine Hepburn, Cary Grant y James Stewart, daría lugar, y así fue en el cine de hace más de medio siglo, al chorro de humor y de conocimiento de Historias de Filadelfia. Pero esa misma astuta estrategia de comedia, en manos de un tal Tony Goldwyn y triangulada, pongámonos en lo peor, por Ashley Judd, Greg Kinnear y Huck Hacman, da lugar, y así es en el cine de ahora, al alarde de tosquedad y sosería de Siempre a tu lado.
Aquí, la convención cómica de la caza de una mujer a un marido, inversión burguesa del mito de la ninfa y el fauno, que dio pie a geniales juegos de lucha sin cuartel entre actrices y actores de genio, se reduce a querer y no poder, a remedo de aquellos asombrosos tirones de ingenio, encelamiento y enamoramiento. Y peor aún: al blablablá del guión de un tal Richmond se añade el penoso recital de muecas de Judd y Kinnear, desatino que no equilibra la cara de palo del endeble duro Hackman. Un comedicidio.
SIEMPRE A TU LADO
Dirección: Tony Goldwyn. Guión: Elizabeth Chandler. Intérpretes: Ashley Judd, Greg Kinnear, Hugh Hackman, Marisa Tomei, Ellen Barkin. Género: comedia. Estados Unidos, 2001. Duración: 95 minutos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de junio de 2001