El vestuario del Barça se quejó con amargura de la dureza con que se empleó el Celta. Para el entrenador barcelonista, Rexach, el rival debió quedarse con media docena de futbolistas sobre el campo. Coincidió Reina en la apreciación. Y Xavi. Incluso algún jugador del Celta como Cavallero aceptó que hubo exceso de pasión. Demasiados enfrentamientos en una misma temporada, demasiadas rencillas. Como reconoció el portero argentino, tal vez en tanta eliminatoria se encuentre el nacimiento de una nueva rivalidad.
Rexach lideró los lamentos. "El Celta jugó un fútbol italiano", sentenció el entrenador blaugrana, que denunció el ambiente crispado con que Balaídos recibió a su equipo y la forma en que, a su juicio, sucumbió el árbitro. "Ansuategui no supo parar la crispación". Repasó las entradas "terroríficas" de los celestes; al menos cuatro, "todas ellas merecedoras de roja directa".
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En una rueda de prensa capitalizada por la actuación arbitral, Charlyaseguró que el primer gol del Celta estuvo precedido por una falta sobre Rivaldo que el colegiado no señaló. Cada vez que el balón llegó al brasileño se vio Ansuategui en el dilema de señalar falta o dejar continuar, pero casi siempre el delantero acabó tirado en el césped. Estaba avisado el Celta de lo ocurrido frente al Valencia y, por ahí, los lamentos del Barcelona encontraron sentido.
El de ayer fue un encuentro trabado, de esos en los que el reloj no habría llegado al descanso si alguien lo tuviera que detener con el balón parado. Hasta 36 minutos se perdieron entre intervenciones de los masajistas, reyertas y simples pérdidas de tiempo.
En todo caso, Ansuategui encontró quejas de todos lados. Si Rexach lamentó hasta la presión del público y la contundencia de los célticos -"ellos tienen futbolistas con más agresividad que nosotros", señaló-, el entrenador del Celta, Víctor Fernández, puso cara de póquer cuando se le comentaron las palabras de su contrincante. "Su actuación puede ser determinante para la eliminatoria", apuntó.
Se refería Fernández a las expulsiones, dos en total; la primera para Cáceres y la segunda para Velasco. Como quiera que el vídeo puede traicionar a Juanfran -su codazo a Rivaldo no lo vio el árbitro- y que Djorovic tiene una rotura de fibras, los problemas se acumulan en defensa pensando en el domingo. Y eso ante el Barcelona puede ser fatal. Pierde con probabilidad el equipo vigués a Gustavo López para la vuelta, aunque su sustituto, Jesuli, mereció elogios de público y entrenador.
"Jesuli ha estado impresionante, estoy muy orgulloso de él. Es difícil entrar con un 0-1 en el marcador y realizar un partido como el suyo: provocó un penalti, metió un gol. Estoy muy contento con todo el equipo, pero especialmente con Jesuli", reconoció Víctor Fernández.
Fernández coincidió con la explicación de Cavallero para justificar tanto roce sobre el campo. "Son demasiados partidos; demasiados Celta-Barcelona, y es normal que ocurra esto". Y abundó: "Le tengo mucha admiración y respeto a CharlyRexach, pero no coincido con sus apreciaciones". Es más: "Con todo lo ocurrido, el saldo es patético pensando en el partido de vuelta".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de junio de 2001