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Novicias locas por el teatro y una turba de excéntricos, en La Grada y Triángulo

Una abadesa que se topa con un mancebo en los aposentos de las novicias, en la sala La Grada, y una turba de excéntricos del teatro, amantes despechados, ejecutivas mentirosas, camaradas mudos, una parricida paranormal y una mujer sin nadie a quien contarle la vida, en Triángulo, dibujan un fin de semana de ironía y carcajadas sobre las tablas.

Hoy mismo (y todos los jueves y viernes que restan de junio y julio, a las 21.00), la compañía Teatro de los Trovadores transformará La Grada en un convento con el sosiego roto por extraños acontecimientos. Un mancebo se cuela en los aposentos de las novicias y, en vez de cumplir la misión que le fue encomendada (recuperar una comedia), se queda haciendo teatro con las monjas en ciernes. Entonces, 'como no podía ser de otra manera, son sorprendidos por la madre abadesa, a la que hacen creer que todo lo que está viendo no es sino una pesadilla provocada por su mala conciencia', explican los programadores. De ahí que la pieza se titule ¡Que no se entere la madre abadesa!, con la firma de Jorge Ángel Blanco.

La sala Triángulo ofrece dos montajes durante el fin de semana: Vale, cuéntamelo, pero rapidito, de la compañía A 2, desde hoy hasta el domingo (a las 20.30), y el Pervertimento, de la gente de Jambalaya, con texto de José Sanchís Sinisterra, en la medianoche, hasta mañana. En Vale, cuéntamelo... una decena de alumnos de la Real Escuela Superior de Arte Dramático ponen cuerpo y voz a cinco piezas exponentes de la dramaturgia breve de los años noventa, historias 'cortas para reír por no llorar o para llorar por lo poco que uno se ríe', según sus programadores.

En Pervertimento se propone una cascada de preguntas con o sin respuesta, como: '¿Qué ocurriría si una mujer les recibiese en la sala y les dijera que se han equivocado, que el espectáculo se va a desarrollar al lado?' o '¿qué ocurre con los personajes cuando terminan la función? En definitiva, esta pieza de José Sanchís Sinisterra 'habla de las cuestiones menos obvias del teatro con mucho sentido del humor, de las excentricidades de los directores de teatro y de los actores novatos'.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de junio de 2001