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CARTAS AL DIRECTOR

La Europa no querida

Europa vive de espaldas a sus ciudadanos. Los dirigentes políticos se esconden tras una barrera de policías antidisturbios y no escuchan el clamor de la sociedad. Nuestros gobernantes no defienden nuestros intereses, sino los intereses de las multinacionales, los intereses económicos de los poderosos. Los ciudadanos hemos dejado de ser personas para las instituciones y organismos europeos y nos hemos convertido en frías cifras, en números a los que manejar a su antojo. Todo vale para conseguir beneficios, autorizar el comercio de transgénicos, a pesar de no estar probada su inocuidad para la salud, apoyar a un presidente cuyo único fin parece ser la promoción de la industria armamentista o dejar que en los países más pobres mueran de hambre millones de personas. Nuestros gobernantes necesitan una lección de democracia participativa y tarde o temprano el pueblo se la dará.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de junio de 2001