No es un decir. Es una realidad patente cada día para las personas que llevan más de 20 años en un asentamiento chabolista como El Vacie. El alcalde y la delegada de Bienestar Social y Solidaridad, Piedad Bolaños, anuncian continuamente en la prensa, radio, comisiones y consejos municipales que van a comprar viviendas para El Vacie, lentamente y en distintos puntos de la ciudad. Tienen dinero dado por la Junta de Andalucía para 35 casas a una media de seis millones y medio por casa. Desde el verano pasado 'están en ello', pero no se nota. Vamos, que no se puede creer. Casas hay por ese precio y el Ayuntamiento tiene suelo para edificar al menos 30.000 nuevas viviendas. Y no es eso lo peor. Las familias que, en su opinión, están en disposición para poder pasar a una vivienda digna y correr con los gastos de luz, agua y alquiler con derecho a una propiedad a largo plazo, están llenas de necesidades y de obstáculos para ejercer su trabajo de recogida de chatarra, papel o cartón y venta ambulante. Se les pasa un año o más sin cobrar el mal llamado salario social y, aunque parezca increíble, en los Servicios Sociales municipales llevan un mes diciéndoles que no los pueden atender por falta de personal y les dan un número de teléfono para que llamen. ¿Es posible?, preguntará alguien. Es cierto, lo sé por ellos mismos. Esto, además de ser injusto, es cinismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de junio de 2001