Soy una jubilada y ya me he despedido de ir al teatro.No es que no me guste, al contrario. El problema es que no oigo bien (tengo un 63% de pérdida auditiva).
Hago una sugerencia: se podrían destinar unas cuantas butacas con auriculares aplicados, para subir el volumen a voluntad, como en el Congreso de los Diputados o en los aviones.
No soy ninguna experta en la materia, pero debido a mi problema hace años que he buscado soluciones para la vida cotidiana y me va bastante bien.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de junio de 2001