La situación económica se deteriora en Europa a cada minuto que pasa y los mercados de valores no pueden hacer más que soportar la corriente vendedora que crece constantemente. Ayer se conocía en Alemania el informe IFO sobre confianza y expectativas empresariales del mes de mayo, que volvió a caer, al tiempo que nuevos lander hacían público su avance sobre el IPC de junio, con incrementos entre 0,1 y 0,3 puntos. La guinda la puso un miembro del consejo del Bundesbank al afirmar que no cabe descartar que Alemania entre en recesión.
La jornada, por lo demás, transcurrió entre numerosos intentos para suavizar las caídas del resto de la semana y otras situaciones en las que los inversores decidieron rendirse ante la evidente falta de dinero.
La contratación en esta sesión fue de 292.827 millones de pesetas en el Mercado Continuo, 1.759,92 millones de euros, que fue la más baja de esta semana y que confirma dos cosas, de una parte la ausencia de alicientes inmediatos que inviten a mantener posiciones y, de otra, el predominio del juego intradía que obliga a cancelar operaciones antes del cierre.
En el conjunto de esta semana el índice general de la Bolsa de Madrid cedió el 4,34% y el Ibex 35 un 4,68%. Los inversores achacan esa caída a Telefónica, cuya cotización ha bajado en cinco días el 9,97%, al parecer por la venta de unas acciones que aún no existen y con las que se pagará la adquisición de activos en México. Los grandes bancos también han colaborado con descensos semanales del 3,88% en BSCH y del 2,71% en BBVA.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de junio de 2001