Ricardo Ansotegi, diputado de Acción Social de Vizcaya, se acercó ayer hasta el centro Zabaloetxe de Loiu, y se entrevistó con Carlos Sagardoy, director del colegio. A pocos metros, sentados bajo los árboles, varios grupos de menores extranjeros observaban tranquilos la escena. Ninguno parecía pertenecer a esa cifra imprecisa de 'diez o doce' conflictivos que en los últimos meses han sembrado la preocupación en la población, pero también entre los responsables de la residencia y sus compañeros.
Ansotegi, quien antes se había entrevistado con el alcalde de Loiu, el peneuvista Iñaki Gaztañaga, y Sagardoy encabezan un plan para dar salida con la mayor rapidez posible a una situación que amenaza con derrumbar los esfuerzos por ofrecer a menores extranjeros un hogar, educación, formación laboral e integración social. 'Hay una minoría que perjudica la convivencia y con ésos hay que intentar la reagrupación familiar en su país', recalcó Ansotegi.
Sagardoy se mostraba ayer de acuerdo con la idea, pero el conocimiento profundo de la situación le hace dudar de que pueda ser resuelta con éxito. 'Nosotros hablamos con los padres y sabemos que no les pueden o quieren acoger. Sólo esperan que les envíen dinero lo antes posible', aseguró.
Masificación También cabe la posibilidad de que puedan se atendidos en un centro de Tánger, de donde procede la mayoría, como el cónsul de Marruecos en Burgos explicó, 'asustado' de que hubiera tantos menores acogidos, hace unos días a Sagardoy. 'La sociedad pide que enviemos a los conflictivos a su país, pero, ¿a dónde? ¿Para qué?, ¿para que vuelvan a escapar en patera y se pierdan por Madrid o Barcelona, donde no les encuentren?', reflexiona Sagardoy. Para el director del colegio, la respuesta al problema vendría más por la dotación de medios que permitieran atender a los que sufren problemas de agresividad. 'La masificación del cento lo impide', remacha. Ayer mismo, la dirección del centro tenía previsto entregar a la Diputación un listado con la identidad y datos personales de todos los menores que han pasado por sus dependencias desde que en 1996 se pusiera en marcha el programa de menores extranjeros. La conclusión es que la edad media es de 15 años y medio -aunque la real es superior, ya que muchos de los acogidos la falsean - y que en lo que va de año han ingresado ya 121, sólo 12 menos que el total del lustro anterior. 'No se han podido adaptar los recursos al incremento y los ayuntamientos tampoco han ayudado mucho, dificultando la apertura de centros nuevo', argumenta Sagardoy.
Estos datos, unidos a las incidencias de comportamiento, son los que analizará la Fiscalía de Menores antes de adoptar una decisión. A los 'diez o doce' conflictivos, la Fiscalía podría añadir otros más si entiende que hay motivos para devolverles a Marruecos. Una vez se complete el expediente, será la Subdelegación del Gobierno central en Vizcaya la que proceda según la ley de Extranjería, informaron en esa institución.
Ansotegi explicará estos y otros detalles el martes próximo en Juntas Generales, así como los incidentes que en la madrugada del jueves causaron personas ajenas al centro al quemar una furgoneta aparcada en el colegio. Ayer, la alcaldía de Loiu, el PP y CCOO coincidieron en condenar el atentado y pidieron soluciones a la integración de los menores que lo deseen. Vecinos de Loiu insistieron en que 'no son racistas' y que el problemas lo causan 'unos pocos'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de junio de 2001