En Écija nos levantamos casi a diario con un ataque a nuestro bello y extenso patrimonio. Hace tres años nos quedamos sin la Plaza de España y ahora vemos cómo se monta un enorme juego de lentes encima del edificio del Ayuntamiento.
Una vez más, los políticos dicen una cosa y hacen otra, y es que con gran rimbombancia se ha aprobado el Plan Especial de Protección del Casco Histórico y por otro lado vemos cómo actuaciones como las que denunciamos rompen el sentido de estos planes.
Además, esta actuación, que es una Cámara oscura al estilo de la Torre Tavira de Cádiz, va a ser recubierta dentro de un extraño movimiento que equipara estas cosas al desarrollo. Tan sólo con el retranqueo del citado mamotreto se hubiera evitado el impacto visual que produce y se hubiese conseguido el objetivo. Pero esto de aceptar errores y arreglarlos parece que está fuera de los códigos políticos, en este caso del PA, que es quien rige la ciudad.
Espero que estas líneas sirvan para incidir en la necesidad de adaptarnos a las normas que nosotros mismos hacemos y acogernos de una vez a los movimientos de las ciudades europeas en cuanto al desarrollo sostenible.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de junio de 2001