El caso Pinochet comenzó el 17 de octubre de 1998, cuando en medio de la sorpresa internacional, la indignación de sus partidarios y la inmensa alegría de las víctimas y de los defensores de los derechos humanos, el ex dictador fue detenido en Londres por orden del juez Baltasar Garzón. El 9 de de diciembre, el ministro británico del Interior, Jack Straw, aprobó la extradición a España de Pinochet, una decisión que fue recurrida por los abogados del general, mientras en Chile se sucedían las manifestaciones a favor y en contra del ex dictador.
Tras un largo proceso judicial y varios exámenes médicos, Straw da marcha atrás el 11 de enero de 2000 y decide que Pinochet no está en condiciones de salud para soportar un juicio en España. Tras 503 días de arresto domiciliario, Pinochet vuelve a Chile el 3 de marzo con aspecto saludable. Es recibido por la cúpula militar como un héroe. Sin embargo, el 6 de marzo el juez Juan Guzmán Tapia solicita a la Corte de Apelaciones de Santiago el levantamiento de la inmunidad parlamentaria del ex dictador por su condición de senador vitalicio.
De nuevo se abrió un largo proceso de inculpaciones y recursos, que arrancó el 26 de abril con la exposición ante la Corte de Apelaciones del caso Caravana de la muerte, para decidir sobre el desafuero de Pinochet. El 1 de agosto, la Corte Suprema retira la inmunidad a Pinochet por 11 votos contra nueve y el 2 de diciembre el juez Guzmán ordena su procesamiento por secuestro y homicidio. Tres días después, decide su arresto domiciliario. La defensa del ex dictador ha logrado hasta ahora evitar que sea fichado y pidió, el pasado miércoles, el sobreseimiento del caso por demencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de junio de 2001