Al menos cuatro personas fueron detenidas tras los violentos incidentes de carácter racial registrados esa madrugada en Burnley, en el noroeste de Inglaterra, en los que más de 200 jóvenes atacaron tiendas, viviendas y vehículos. Los incidentes, que enfrentaron por segunda noche consecutiva a grupos de jóvenes blancos y de origen asiático, tienen su origen, al parecer, en el ataque de un grupo de blancos a un taxista de origen asiático el pasado sábado, explicó la policía.
Varias decenas de jóvenes blancos entraron la noche del domingo en la barriada de viviendas sociales de Stoneyholme, de población mayoritariamente asiática. Allí les hicieron frente grupos de jóvenes asiáticos, que les lanzaron ladrillos y botellas. Dos bares resultaron con importantes daños y al menos cinco vehículos fueron incendiados antes de que los policías antidisturbios intervinieran para separar a los camorristas. 'Los incidentes, según el inspector John Clucas, nos han tomado un poco por sorpresa, aunque habíamos aumentado el número de agentes en el área'. Los líderes de la comunidad asiática en la ciudad culparon inicialmente a la policía de los desórdenes, al apuntar que los agentes tardaron más de media hora en responder al ataque contra el taxista. Burnley se encuentra en las cercanías de Oldham, donde el mes pasado se registraron también graves disturbios raciales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de junio de 2001